Estoy cansada de comprobar cómo seguimos fastidiando nuestro ecosistema mientras el medio ambiente nos pone en bandeja todos los recursos que necesitamos y nosotros, creyéndonos indestructibles, hacemos caso omiso para seguir creando y destrozando a nuestro antojo. Así, mientras todos los expertos coinciden en que invirtiendo en las infraestructuras correctas podríamos tener un suministro de energía no contaminante y renovable para todo el planeta, nosotros (o nuestros gobernantes) preferimos invertir en otras cosas teniendo que seguir valiéndonos de otro tipo de energía, una mucho menos natural y más destructora.
España es uno de esos países que podría tener energía respetuosa con el medio ambiente para aburrir. En zonas del norte como Galicia o País Vasco y en áreas centrales como Castilla-La Mancha, podríamos tener parques eólicos inmensos que no dañan nuestro ecosistema y nos proveen de energía renovable, pero sólo tenemos mini-parques eólicos que no cubren ni la cuarta parte de la demanda. En el sur y el sureste podríamos tener grandes áreas con placas solares, así como viviendas cuyos techos estuvieran cubiertos por placas fotovoltaicas que dieran energía tanto a esa vivienda como incluso a las circundantes, pero ni los edificios de comunidades ni las viviendas unifamiliares disponen de ellas porque no les sale rentable y, por supuesto, tampoco disponemos de grandes áreas con paneles solares para cubrir la demanda de energía que se requiere.
Estoy segura de que, si nos pusiéramos a ello, podríamos incluso poner en funcionamiento plantas de energía hidráulica como las de antaño que, mejoradas, obtendrían mayores beneficios. Pero seguimos siendo esclavos de la electricidad tradicional, de fuentes de energía tan perjudiciales y peligrosas como el gas o el petróleo e incluso de energías que nos han deportado las mayores catástrofes de nuestro mundo como la energía nuclear. ¿Qué nos pasa? ¿Es que no hemos aprendido nada?
Un atisbo de luz
Sin embargo, y no gracias a los gobernantes de nuestro país precisamente, aún hay personas que creen que podemos cambiar las cosas, poco a poco, y por eso muchos seguimos apostando por las energías renovables con los ojos cerrados, esperando a que al final este movimiento de “energía verde” empiece a dar sus frutos y cada vez sea mayor su uso y menor el de las hidroeléctricas tradicionales. En Cádiz este movimiento está muy extendido y son empresas como Eficiencia-V, especialistas en placas en placas solares en Cádiz, quienes promueven su uso en pro del medio ambiente, pues a veces hacen campañas que van mucho más allá de su propia promoción con el fin de originar interés entre la población y que ese interés se acabe transformando en un ahorro de energía global.
El secretario español de energía aseguró el pasado 14 de enero que las renovables son rentables en España, algo que da esperanza a muchos, pues si el Gobierno empieza a apoyar este movimiento es posible que consigamos una aceptación mayor en un tiempo menor. ¿Será 2018 el año del cambio en lo que a energías se refiere? Danos tu opinión al respecto.