No renuncies a nada por vivir en el rural

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Debido a la crisis, muchas son las familias que han decidido dejar la ciudad y cambiar de tipo de vida yéndose al campo, con un modo más sostenible de habitar el planeta y dejando atrás el consumo y el estrés de las grandes ciudades. Pero vivir en el campo no tiene por qué suponer renunciar a otras comodidades. Y mucho menos en la era de internet. Ahora, con un simple clic, podemos comprar en la red desde las últimas novedades en ropa interior en Lencería Paqui hasta la joyería más moderna y con estilo en MöM Joyas.

Al principio del traslado de mi familia al campo, cuando mi marido se quedó sin trabajo y ya no podíamos pagar el alquiler, por lo que nos decantamos por vivir en una casa que había heredado de su abuela, todo se me hacía muy complicado. Necesitaba el coche para hacer cualquier recado, era como una especie de básico. Llegué a pensar que no tenía mucho sentido ahorrar viviendo en una casa que ya estaba pagada cuando en realidad nos estábamos dejando nuestros ahorros en la gasolina de los desplazamientos.

Me preocupaba tanto que comencé a comentarlo con una de las chicas de mi edad que vivía en el pueblo y a la que veía siempre muy arreglada y que no le faltaba de nada. Si salía un nuevo libro de Marian Keyes ella ya lo tenía en su casa enseguida y se ofrecía a prestártelo, si se ponían de moda los pantalones con campana, ella siempre tenía un par ya listo para salir a tomar algo y estrenarlo… Así que en una de estas conversaciones le pregunté cómo lo hacía, y me explicó que era todo gracias a internet, que vivir en el campo no supone tener que renunciar a nada de lo que se pueda comprar en una ciudad, ya que la mayor parte de las empresas reparten a domicilio y también te lo recogen y te lo cambian si no estás satisfecho.

Así, subimos los datos y la velocidad de la conexión a internet que habíamos instalado en casa y comenzamos a probar este tipo de compras. Y ahora no nos falta de nada. Incluso la compra en el supermercado la hacemos a través de la red, eso sí, esperando casi a estar en las mínimas para que el importe sea suficiente para no tener que pagar gastos de envío. Y con los demás productos hacemos exactamente lo mismo. De hecho, estamos también ahorrando en gasolina, ya que no sacamos el coche para casi nada y mi marido ha empezado también a buscar trabajo a través de los portales de empleo, por lo que simplemente se desplaza para las entrevistas de trabajo y no muy lejos tampoco, ya que estamos aquí muy a gusto y no queremos movernos mucho del pueblo.

Beneficios de vivir en el campo

Y es que una vez que has probado a vivir en el campo no quieres ya otra cosa. Esto tiene algo que engancha mucho, y es que la vida es muy más tranquila y no respiras contaminación por doquier.

Desde mi punto de vista, lo que más me gusta de vivir en medio de la naturaleza es que por las noches se descansa mucho mejor, ya que no se oyen ruidos como en la ciudad. Aquí no hay siempre un camión de basura, un vecino bajando a tirar la bolsa al contenedor, ambulancias, pitidos de coche o sirenas de bomberos y gente gritando feliz al volver de fiesta por las noches. Aquí las horas que duermes te cunden de verdad porque son realmente de descanso.

Asimismo, si tienes la suerte de contar con un pequeño terreno, puedes poner tu propio huerto, que no se parece en nada en frutos a lo que puede obtener en la ciudad en huerto urbano. Aquí todo es más natural y todo se aprovecha también, convirtiéndote en una persona comprometida con el medio ambiente. Desde los posos del café a las cáscaras de huevo o las cenizas de la barbacoa, todo sirve como abono para la huerta cuya cosecha será para ti, sin nadie más que ponga los dedos en las hortalizas o en la fruta en el mercado.

Además, por las noches, cuando miras al cielo, lo mejor de todo es que nada te impide ver las estrellas, algo que te da una paz que difícilmente encontrarás en una ciudad.

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