Preparando la celebración perfecta en una casa rural

casa rural

Pasar un fin de semana en una casa rural es una forma sencilla y agradable de desconectar. Pero cuando encima tienes algo que celebrar, como un cumpleaños, la experiencia cambia por completo. Ya no va a ser solo desconectar, ahora toca disfrutar y compartir el momento con amigos y familia.

Las páginas siempre dan consejos a las personas sobre cómo divertirse más, a dónde ir y que ver… pero, si eres de los que se preocupan por las cosas ecológicas, el impacto que generas cuando viajas, o simplemente quieres hacer las cosas bien sin complicarte, organizar la celebración perfecta en este tipo de espacios es totalmente posible.

Aquí te voy a dar una guía sencilla, para que tú, que te preocupas por el medio ambiente y haces las cosas bien, y no solo vas a llevártelo todo por delante, sepas como hacerlo mientras te lo pasas bien. Solo necesitas tener en cuenta algunos detalles para que todo encaje: la comida, el entorno, la decoración, el transporte… y que todo fluya sin complicarte demasiado.

 

Elegir la casa rural pensando en algo más que el número de camas

Si te planteas celebrar un cumpleaños en una casa rural, lo primero que deberías tener claro es que no todas valen para lo mismo. No es lo mismo una escapada romántica que una reunión con 12 personas y varias actividades. Además del número de camas o si tiene chimenea, hay que fijarse en otras cosas.

Por ejemplo: ¿hay espacio exterior para comer o para poner una mesa larga? ¿Se puede hacer algo de música sin molestar a nadie? ¿Permiten que lleves comida preparada o servicios de catering? ¿Qué tipo de calefacción usan, y cuánta energía consume?

También conviene que esté bien comunicada, sobre todo si va a venir gente en transporte público o si no quieres que todos lleguen en coche individual. Algunas casas incluso ofrecen información sobre rutas a pie o en bici, para que puedas organizar algo más que una comida.

Una casa rural pensada para celebraciones tiene que facilitar las cosas. Que tenga menaje suficiente, zonas comunes amplias, algún sitio donde guardar cosas frías, e incluso espacio para moverse en caso de mal tiempo. Todo eso evita que tengas que improvisar a última hora o que cargues el doble de cosas.

 

Piensa en un plan que sea sencillo, pero que funcione

No hace falta complicarse demasiado. El plan puede ser tan simple como quedar un fin de semana, llevar juegos, poner buena música y pasar el día entre risas y buena comida. Pero que sea sencillo no quiere decir que no necesite planificación.

Hazte preguntas básicas: ¿Quién se encarga de qué? ¿Qué horarios tiene sentido seguir? ¿Va a haber desayuno, comida, merienda y cena, o con una gran comida todo el mundo va servido? ¿Es mejor que la gente traiga algo o lo gestionas tú para que nadie se cargue con cosas de más?

También está bien pensar si vas a hacer alguna actividad que no sea solo comer. Algunas personas montan talleres sencillos, sesiones de yoga, rutas en la zona… no hace falta que sea nada dirigido, pero tener algo más previsto puede dar vidilla al grupo, sobre todo si no todos se conocen entre sí.

 

La decoración importa, pero con cabeza

Una casa rural ya tiene su ambiente, y lo bueno es que normalmente no hace falta poner nada más. Pero si quieres darle un punto especial al cumpleaños, puedes llevar algunos detalles sin dejar residuos.

Guirnaldas de tela, manteles reutilizables, velas (según si están permitidas o no), tarros de cristal con flores secas, luces led con pilas recargables… Hay mil formas de decorar sin usar plástico ni gastar en cosas que acaban en la basura. Y si alguien del grupo se le da bien la papelería o el dibujo, hasta podéis hacer alguna cartelera con el nombre de la persona que cumple años, o preparar algún detalle para los demás invitados.

La clave está en que la decoración no se convierta en una fuente de residuos. Nada de globos que se van volando, serpentinas imposibles de recoger o envoltorios de un solo uso. Si vas a una casa rural es porque valoras ese entorno. Cuídalo también con los pequeños gestos.

 

¿Y qué pasa con la comida? Mejor que sea buena y ecológica

Aquí es donde a veces se complica la cosa. Porque muchas casas rurales no tienen cocinas amplias, o directamente no quieres ponerte a cocinar en medio de una celebración. También puede que no tengas espacio para llevar neveras portátiles, cazuelas o ingredientes frescos. ¿Qué haces entonces?

Pues aquí es donde tiene todo el sentido del mundo contratar un pequeño servicio de catering. Simplemente buscas una opción que te permita ofrecer comida rica, bien presentada, fácil de servir y sin tener que estar horas entre fogones.

La Frolita, una empresa de catering en Madrid, por ejemplo, nos proponen ideas muy prácticas para este tipo de celebraciones. Desde bandejas de desayuno con bollería artesanal, fruta cortada y zumos naturales, hasta cócteles fríos con opciones vegetarianas, tartaletas saladas o pequeños bocados dulces. Son bandejas que puedes dejar listas y que cada persona se sirva lo que le apetezca. No manchan, no requieren estar calientes, y te libran del caos típico de tener que cocinar algo para 12 personas en una cocina que no es la tuya.

Además, estas opciones suelen venir en envases reutilizables o reciclables, y muchas empresas de este tipo trabajan con productos de temporada o de cercanía. Así evitas tener que cargar con comida que se estropea o que requiere preparación. Y puedes dedicarte a lo importante: disfrutar.

 

Cómo reducir tu impacto y respetar el sitio al que vas

Celebrar un cumpleaños en una casa rural tiene muchas ventajas, pero también implica una cierta responsabilidad. Estás en un entorno diferente, más sensible, donde el ruido, los residuos o el simple paso de muchas personas pueden generar impacto.

Hay que tener en cuenta estos gestos sencillos:

  • Llevar bolsas para separar residuos: aunque en casa rural haya papeleras, no está de más que tú organices cómo reciclar y te lleves lo que haga falta al volver a la ciudad.
  • Evitar productos de un solo uso: platos de cartón, vasos de plástico, cubiertos que se rompen a la primera… hay alternativas más duraderas o biodegradables que puedes usar sin complicarte.
  • No dejar huella fuera de la casa: si vais a hacer excursiones, comidas en la naturaleza o picnics, no dejes nada tirado ni uses caminos que no estén marcados. Lo mismo con la música o las luces: mejor dentro que fuera.
  • Compartir coches o furgonetas: evita que cada persona vaya por su cuenta si se puede organizar un transporte conjunto. Se gasta menos y se contamina menos.

Todo eso no te quita libertad ni le quita gracia a la celebración. Al revés: te permite disfrutar con más tranquilidad.

 

¿Y si hay niños o personas con necesidades concretas?

Esta idea para celebrar tu cumpleaños, puede ser igual de divertida para todas las edades. Si van a ir niños, puedes pensar en alguna actividad extra: una búsqueda del tesoro, juegos al aire libre, o simplemente una mesa adaptada para ellos, con comida que puedan comer sin mancharse.

Si hay personas mayores o con movilidad reducida, asegúrate antes de que la casa rural no tiene escaleras imposibles o baños inadecuados. Pregunta a los dueños, revisa fotos, y adapta el plan si hace falta.

A veces no hace falta hacer nada especial, solo tenerlo en cuenta cuando se reparten las camas, los espacios comunes o los turnos de ducha. La clave está en que nadie sienta que estorba o que no se ha pensado en su comodidad.

 

Después de la fiesta, recoger también es parte de hacerlo bien

Puede parecer obvio, pero no todo el mundo lo tiene claro. Cuando una casa rural se alquila para un grupo, recogerlo todo es una forma básica de respeto. Dejar las cosas como estaban, o mejor, debería ser lo normal.

No solo porque probablemente te lo pidan en las condiciones del alojamiento, sino porque el entorno y las personas que trabajan allí lo merecen. Y porque es un gesto que cierra bien el fin de semana.

Organízate con el grupo para que todos ayuden a dejarlo todo limpio. Si hay que tirar residuos, que alguien se los lleve. Si ha sobrado comida, mejor repartirla que tirarla. Si has usado cosas prestadas, asegúrate de devolverlas como estaban. Todo eso hace que la experiencia se recuerde con una sonrisa y no con un malentendido.

 

Lo que te llevas no es solo una fiesta

Si aprovechas esta estupenda idea, estoy seguro de que te llevarás la sensación de haber compartido un momento especial sin dejar un desastre atrás. Este será el recuerdo de haberlo hecho fácil, bonito y coherente con lo que te importa.

Y no necesitarás una decoración impresionante, ni un menú de lujo, ni montar un evento a lo grande. Solo será necesario rodearte de gente con la misma filosofía, y disfrutar sin que el entorno o el planeta tengan que pagar la cuenta.

Y lo bueno es que, una vez que lo pruebes, estoy seguro de que repetirás. Porque las celebraciones así no dan pereza. Al revés: animan a hacer más. Y de eso va vivir bien, ¿no?

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